Argentina es campeona del Mundo. En una Final de infarto, probablemente la más épica y emocionante que se recuerda, el combinado de Lionel Scaloni logró imponerse ante la selección francesa, que no pudo revalidar el título. Christian Bragarnik ha vivido el Mundial desde la máxima cercanía posible, dejándose ver en la mayoría de encuentros y saltando a celebrar el título junto a su representado, Lisandro Martínez. Felicidades, Christian.

Habrán sido unas semanas con tantas fases emocionales que sería imposible describirlas. Argentina arrancó el Mundial cayendo ante Arabia Saudí. un batacazo histórico que no estaba en los planes de nadie. Les tocó recomponerse rápidamente para imponerse a México en otro partido vibrante. En las eliminatorias fueron de menos a más, logrando el pase a la Final tras una contundente victoria ante Croacia (3-0).

El fútbol, en ocasiones, es cruel y carece de sentido. Scaloni se mantuvo firme tras la primera jornada, donde tuvo la suerte de equivocarse, y desde entonces se ha consolidado como un gran entrenador. Ayer le dio un repaso tremebundo a un Deschamps que sigue sin encontrar la tecla para exprimir el fútbol de la mejor plantilla que hay.

Como en USA’94 y Alemania 2006, el título se resolvió desde los once metros. Argentina se había vuelto a adelantar en la prórroga con el segundo tanto de Lionel Messi pero los recursos inagotables de Mbappé le dieron una vida extra a Francia, que estuvo cerca de alcanzar la machada en una última acción de Kolo Muani. El delantero de Eintracht fue el agitador del partido pero se topó con un Dibu Martínez estelar, que emuló a Iker Casillas contra Robben para salvar el 3-4 con su pierna izquierda.

El pueblo argentino todavía celebra un título que merecían. El colofón final para el mejor jugador de todos los tiempos. Pero toca bajar a la Tierra. El Elche Club de Fútbol se enfrentará mañana martes 19 de diciembre (19:00) al CD Guadalajara en la segunda ronda de la Copa del Rey. Pablo Machín, que comparecerá esta mañana a partir de las 12:45, necesita refuerzos, sobre todo en el centro de la zaga, para alzar el vuelo de un equipo que está a ocho puntos de la salvación.

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