El Elche, como el resto de cualquier club deportivo profesional, tiene como objetivo innegociable ser una Sociedad Anónima Deportiva rentable y próspera. Un año más, y van tantos otros, las cuentas a final de temporada solamente dan pérdidas y números rojos, a pesar de que la cifra de negocio de la entidad franjiverde en este último curso en el fútbol profesional ha vuelto a coger fuerza tras el efímero paso por la Segunda División B. Pero a día de hoy, no es suficiente.
Lograr un modelo deportivo-económico equilibrado es la tarea más difícil para cualquier club. No solo es difícil lograrlo, sino una vez habiéndolo conseguido, saber mantenerlo por muchos años, al margen de los dirigentes que puedan estar al frente de la entidad.
Instaurar y establecer todos esos procesos internos que lleven a lograr el modelo ideal lleva muchos años de trabajo y sacrificio. Los frutos al esfuerzo no salen de la noche a la mañana. Construir, concienciar y automatizar una nueva línea de trabajo es lo más complejo. Después, todo es más llevadero y reconfortante. Si poco a poco, por muy lento que sea, se termina superando uno a sí mismo resultados de ejercicios pasados.
Un club de fútbol es una organización dinámica, compleja, viva y debe ser alimentada a diario. Esto último bien lo sabe José Sepulcre, buscando alguna persona o grupo inversor que le apoye económicamente y le alivie la mochila tan cargada que supone ser el total dueño de la SAD. Ser máximo accionista tiene muchos privilegios, pero también algún que otro inconveniente. Por ello, él como dueño, igual que el resto de los directivos, empleados y colaboradores del Elche, deben reflexionar sobre lo que esperan los abonados de ellos mismos y qué necesidades deben satisfacer los gestores a todos los socios. Las alegrías de sus socios generarán una retroalimentación para los dueños de la SAD.
Volviendo a lo del modelo deportivo-económico ideal, desde mi punto de vista, a día de hoy el Elche CF se encuentra muy lejos de lograr ese modelo. Hasta incluso me atrevo a decir que nunca lo ha tenido. Y cuando más cerca estuvo de tenerlo, lo tiró todo por la borda. Con ello no quiero decir que no se pueda conseguir. Entidades con menor historia y masa social lo han conseguido habiendo trabajado con coherencia, sentido común, primando el beneficio global de la entidad y mezclando los conceptos empresariales junto a los futbolísticos. Nosotros jamás seremos menos.
Generar un valor a la “Marca Elche CF” es cosa de todos. Siento que para alcanzar ese modelo deportivo-económico sostenible, es primordial sanear la entidad, tarea que se está llevando estrictamente, estructurarla y forjarla como una mercantil sólida, consolidar cargos profesionalizados a nivel ejecutivo, ilusionar a la afición y terminar aspirando a éxitos deportivos, siendo autosuficientes y prosperando en base a los recursos que generamos.
La auténtica vía de escapatoria que tiene el Elche CF para salir de la mediocridad económica que arrastra desde hace muchos años es su buen hacer en los terrenos de juego. Eso no quita que la labor en los despachos deje ser de vital importancia. Ya por experiencia sabemos que de nada vale competir de manera excelente en los terrenos de juego, si luego se falla en los despachos. Guste o no, en el fútbol de hoy, la parte económica y lo deportivo van de la mano.