Sacrificio. Entrega. Trabajo. Educación. Respeto. Valores. Liderazgo. Compañerismo. Faltan adjetivos para describir la trayectoria de Gonzalo Verdú en el Elche CF. Un líder silencioso, un capitán inolvidable. Llegó tras el descenso a la extinta Segunda División B y acompañó al Club en dos ascensos. Una trayectoria tremendamente exitosa en la que siempre ha dado la talla: “En Elche he vivido los mejores años de mi carrera. Me voy muy orgulloso”.
El Club, de forma acertada, organizó una rueda de prensa de despedida en el día de hoy. Gonzalo asistió acompañado de su familia y ante los medios expresó unas emotivas palabras y contestó a todo tipo de cuestiones. Un acto que comenzó con un emotivo vídeo que repasó los seis años de trayectoria de Gonzalo en el Elche CF.
Joaquín Buitrago, presidente de la entidad, abrió el acto con unas bonitas palabras. “Gonzalo ha dejado huella, se va uno de los nuestros”, señaló. Buitrago recordó con cariño varios acontecimientos de los últimos años. En especial aquel doblete de Verdú ante el Alcorcón con el que silenció Santo Domingo. El Elche remontó el encuentro (1-2) en una victoria que jamás olvidará el presidente franjiverde, ya que fue la primera desde su llegada al puesto.
Verdú ha explicado con la máxima naturalidad posible su salida del Club. “Esperamos a finalizar la temporada para sentarnos y en esa conversación, ambas partes entendimos que era el momento de cerrar esta etapa. Es algo natural, había que finalizar de la mejor manera posible”, reconoció Verdú. Un Gonzalo que confirmó que Beccacece habló con él y le mostró confianza pero no llegó a haber propuesta económica.
“Beccacece confiaba en mi figura y me consideraba un pilar en el vestuario, hablé con él antes de tomar la decisión”, señaló Gonzalo. En este sentido, el ya ex capitán franjiverde ha deslizado que el técnico del Elche CF quería la continuidad del káiser por la importancia que tiene dentro del vestuario más que por sus capacidades futbolísticas actuales. Verdú tiene ganas de seguir compitiendo y entendió que la mejor solución era decir adiós.