Nos encontramos ante el Elche de Bragarnik y sus amigos. Los datos reflejan que Almirón estuvo durante cinco jornadas al frente del equipo en su segunda etapa. Al igual que ‘BKCC’, que recibió al FC Barcelona en su primer día, se enfrentó al dentista nada más aterrizar con el encuentro ante el Real Madrid. Con Almirón, el Elche cosechó dos empates y tres derrotas. Con Almirón, el Elche compitió.

No pudo ganar al Valencia por un escandaloso error arbitral y no le dio para vencer al RCD Espanyol pese a ser superior. Beccacece acaba de cumplir cinco encuentros al frente del equipo con un bagaje de cinco derrotas: 11 goles en contra ante tan solo uno a favor. Unos números realmente pobres del hombre que llegó para planificar la siguiente campaña. El hombre que parece que ha inventado el fútbol.

Un hombre empecinado en colocar a Omar Mascarell en el centro de la defensa. Y pese a que el canario cumpla, cabe destacar que el Elche CF tiene un serio problema en el medio del campo. Ayer se pudo comprobar como el equipo franjiverde es incapaz de hacer circular el balón por el centro del campo, únicamente generaba por dentro mediante las internadas de Josan.

Ante el Celta de Vigo volvimos a ver la peor versión del técnico argentino. Como ofreciera ante Osasuna, donde fue incapaz de darse cuenta de lo que le pedía su equipo y realizó los cambios tarde y mal. Poca o ninguna capacidad de intervención. Ayer volvió a ocurrir. Gastó las tres ventanas, una de ellas en el 92′, pero solo realizó tres sustituciones.

Omar Mascarell se lesiona en los últimos minutos del encuentro. Con Guti y Pape Cheikh en el banquillo, Beccacece decide no darle descanso a uno de los jugadores más importantes de la plantilla y que más minutos acumula a sus espaldas. Con las tres ventanas gastadas, Mascarell tuvo que aguantar sobre el terreno de juego hasta que el colegiado indicó el final del encuentro.

También es analizable la situación de John Chetauya. Ni es mediocentro ni era un jugador del filial antes de la llegada del técnico argentino. Una mentira no se convierte en verdad por ser contada muchas veces. Ya lo dijo el propio John tras el encuentro ante el Girona: “Me estoy adaptando”. Un jugador de perfil más bien destructivo, que comete demasiadas faltas por su impetuosidad y no es capaz de mover el balón con criterio.

Ni mucho menos es culpa suya, sino de quien lo pone. Un entrenador que no tiene experiencia en Europa y que lo está demostrando con creces. Algo parecido sucedió con Josan, que venía de no contar y ayer le dio todo el partido. El crevillentino terminó con los gemelos en la nuca y ‘BKCC’ no fue capaz de darse cuenta y retirarlo antes de tiempo.

En el minuto 63 realizó el primer cambio, Nteka cedió su lugar a Lucas Boyé. Un Nteka que el año que viene no continuará en el equipo. Ya en el 86, el técnico argentino realiza la segunda sustitución, gastando una ventana para dar entrada a Pol Lirola por el dolorido Josan. Pocos minutos más tarde llega el gol de Aidoo y al técnico del Elche le entran las prisas e incorpora a Ponce por Clerc para pasar a defensa de cuatro y buscar el empate.

Desde el minuto 60 había jugadores completamente exhaustos. Que no soportaban ni las botas. Fidel, John, Josan, Tete, Gumbau, Pere…Cuando el Elche robaba no contaba con velocidad alguna para atacar al Celta. No sería por falta de recursos, ya que en el banquillo tenía jugadores como Lautaro Blanco, Nico Fernández Mercau, Álex Collado o Ezequiel Ponce. Ninguno participó salvo Ponce tras el gol de Aidoo.

Lo más llamativo es que Beccacece aseguró tras el encuentro que su equipo se organizó bien defensiva. ¿Acaso no vio el técnico franjiverde como cada internada del cuadro vigués terminaba con un remate que tenía que rechazar Edgar Badia? El Celta de Vigo no se jugaba absolutamente nada. El ritmo competitivo de los locales era de pretemporada.

No se puede decir que el Elche de Beccacece compite. Cuando uno compite empata. Cuando uno compite gana. El Elche acumula varias semanas sin competir. Un Elche que muestra una involución de lo que venía haciendo con Machín. Tampoco era el técnico soriano un gran amante de los cambios pero parecía tener las ideas claras.

Esto no es Argentina, con todos mis respetos. El Elche no es Defensa y Justicia. No es Lanús. Es ridículo. Y después hay que escuchar al técnico franjiverde decir que la imagen del equipo es “digna, para que el aficionado se sienta orgulloso”. ¿Alguien se cree lo que dice Beccacece en rueda de prensa? “Seguramente el aficionado valore el esfuerzo”. ¿Pero qué esfuerzo si están a 18 puntos de la salvación, Sebastián?

En cualquier otra ciudad de España habría barricadas en la puerta del estadio; les dirían de todo a los jugadores, cuerpo técnico y directivos. Aquí no sucede nada de eso porque la afición del Elche es señorial. ¿Es esto lo que nos espera en Segunda División? Un entrenador que ubica a jugadores fuera de sus posiciones habituales. Un entrenador incapaz de reaccionar y darse cuenta cuando un jugador está exhausto.

Un entrenador que no solo no puede dar solución a la sangría defensiva del equipo sino que argumenta que “viene pasando toda la temporada”. Si esto es lo que nos espera la próxima temporada, prepárense. Señor Christian Bragarnik, deje usted a sus amigos a un lado y firme a un entrenador que conozca la competición. Segunda División no es Primera no, es peor. Señor Bragarnik, deje a sus amigos a un lado y firme entrenadores.

Cristian Egea.

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