En Gijón pueden estar tranquilos. El conjunto asturiano ha comenzado francamente bien la temporada con 4 victorias, 2 empates y 2 derrotas pero lo más importante parece ser haber encontrado la estabilidad en el banquillo. Miguel Ángel Ramírez (38) llegó al equipo en el mes de enero y pese a que el descenso estuvo cerca, la propiedad ha apostado para pelear por otros objetivos y el técnico canario ha dotado al equipo de una identidad muy reconocible.
El Sporting llega al duelo de mañana con la confianza desbordada. Venció la pasada jornada en El Alcoraz (0-1) y cuenta sus partidos como local de tres en tres: 3-0 al Mirandés, 2-1 al Burgos y 2-1 al Tenerife. El Molinón es un estadio histórico y que aprieta mucho pero visitarlo entre semana puede suponer una ventaja: “Va a ser difícil tener mucha gente mañana. Al jefe le da igual que juegue el Sporting el día anterior, tienes que estar a la hora que te toca. Ojalá que puedan ir porque merezca la pena acostarse tarde. Me encantaría ver mañana lo que hemos visto en los partidos que hemos ganado en casa. La magia de El Molinón es hacer al rival pequeño”, aseguró Ramírez en la previa.
Un Ramírez que desveló en la rueda de prensa previa al encuentro que mantiene una estrecha relación con Sebastián Beccacece. “Hablamos por teléfono en pretemporada y ya le avisé que lleva tiempo adaptarse a la Segunda División”, reconoce el técnico sportinguista. El preparador canario recordó que ambos se enfrentaron en la Copa Sudamericana cuando él dirigía a Independiente del Valle y Beccacece a Independiente de Avellaneda.
Un técnico joven con un extenso currículum
Pese a que Miguel Ángel Ramírez (1984) es cuatro años menor que Beccacece (1980), el canario llamó al técnico del Elche para advertirle de la complejidad de la Segunda División española. En 2004, con apenas 20 años de edad, Ramírez pasó a formar parte del cuerpo técnico del Juvenil A de la UD Las Palmas. Tras ocho años en el club canario y un breve paso por la cantera del Alavés, Ramírez se marchó del país para probar fortuna en la Aspire Academy, una academia de deportes con sede en Doha (Catar) que recientemente ha tomado el control de la Cultural y Deportiva Leonesa de Primera Federación.
El entrenador español pasó a trabajar en Catar como asistente en la Selección Nacional Sub-17 y Sub-19, antes de recalar en Independiente del Valle por el convenio que une al conjunto de Sangolquí y la Academia Aspire de Catar para transferencia de experiencias en procesos futbolísticos. No sería hasta junio de 2018 cuando llegaría al equipo ecuatoriano, donde comenzó como Director del Fútbol Base y más tarde pasó a ser primer entrenador.
Allí coincidió con un jugador que el pasado verano se convirtió en el fichaje más caro de la historia en la Premier League: Moisés Caicedo al Chelsea procedente del Brighton. En una entrevista en The Athletic, Ramírez cuenta lo siguiente: “Recuerdo que estuvo un tiempo lesionado y cuando regresó, el equipo despegó nuevamente. Contra Guayaquil, cuando avanzó con esa poderosa manera suya, pensé: ‘Este niño lo es todo’. Sabía que no estaría allí con nosotros por mucho tiempo”.
En su ausencia, al equipo le había faltado su característica combinación de dinamismo y habilidad. Caicedo acababa de cumplir 19 años pero ya era imprescindible. En enero de 2021, el Brighton pagó 28 millones de euros para hacerse con sus servicios y poco más tarde Ramírez dejó el equipo. Tras una breve estancia por el Inter de Porto Alegre y el Charlotte FC de la MLS, el técnico canario regresó a España para realzar a un Sporting que mañana se enfrentará al Elche en el que será todo un partido de Primera. Por alicientes que no sea.
