• Es cierto que el técnico valenciano ha cometido errores de planteamiento de partidos y que tiene buena parte de culpa que este Elche C.F. no haya funcionado
  • Pero también es cierto que la plantilla franjiverde tiene gran parte de culpa

El realizador del Elche vs. Betis lanzaba el tiro de cámara hacía Fran Escriba y su ayudante David Generelo. No fue únicamente un caso aislado. Olían a sangre y se cebaron con un Fran Escribá que veía escrito su destino. Quizás al técnico valenciano le hubiese gustado que las cosas se hiciesen de otra forma, salir del club o más bien tener una despedida del club acorde a la leyenda que es en el entidad franjiverde, el técnico con más partidos en Primera División. Y ojo, Fran Escribá tenía que salir del Elche C.F. porque el equipo no funciona y la plantilla ha perdido la fe en el técnico. Pero una cosa no quita a la otra, y Fran Escribá es leyenda de esta entidad. Se merecía un mejor trato de la entidad franjiverde y no salir al “Bragarnik Style”. Que el entrenador tenga que anunciar su despido en una rueda de prensa sin nadie a su lado, es triste, pero lo es más cuando eres una leyenda de este club. Y eso no se lo va a quitar nadie a Fran Escribá.

Fran Escriba tiene mucha culpa del fracaso del Elche C.F. hasta el momento. La tiene por no ser fiel a su estilo e identidad. Ahora a toro pasado, que es todo mucho más fácil, parece evidente que se ha tenido que tragar algún que otro sapo en forma de titularidad en el equipo franjiverde. Y esto es culpa de él únicamente. Y quizá sea de lo que más se arrepienta.

Pero Fran Escribá no es el único culpable. Christian Bragarnik también tiene la suya. La más sangrante es que si tenías decidido no seguir confiando con Fran Escribá el día de Mallorca tenías que haber cesado al técnico valenciano. Ha alargado la agonía de Escribá porque sabe que tiene el respeto de la afición franjiverde. Y el técnico se lo recordó en esa rueda de prensa donde estuvo completamente abandonado por la entidad del Martínez Valero.

Pero más allá de la responsabilidad de Fran Escriba, que es la pieza fácil a la hora de cambiar algo en un equipo de fútbol, además de la que tenga Bragarnik, aquí sin duda, salen a día de hoy muchos jugadores que no están dando el nivel en Primera División y otros tantos que se han encargado de crear un entorno complicado para el técnico valenciano, lo que se conoce popularmente hacer la cama. Quizás los 40 minutos que estuvo Darío Benedetto calentando en la grada y que finalmente el técnico no le diera entrada fue una venganza que se sirvió Fran Escribá sabiendo que su destino estaba sellado.

Hay muchos jugadores señalados. Empezando por un Johan Mojica que llegó a finales de verano al Elche C.F. viendo como su selección no lo convocaba provocando en él un enfado enorme estallando en redes sociales. Tuvo que borrar y pedir perdón. Apretó los dientes y fue de los más destacados del inicio del Elche C.F., lo que le llevó a volver con su selección. Desde ese momento Johan Mojica no ha vuelto a ser ni la sombra. Y lo peor son los gravísimos errores que ha cometido en el campo que ni jugadores de infantil cometen. Pero no es el único. Pedro Bigas ha sido el último. Antes Enzo Roco. Edgar Badía. Kiko Casilla. Verdú. Raúl Guti. Y un largo etcétera de jugadores que han cometido errores que no son propios de jugadores de Primera División. Estos errores de los jugadores han provocado en última instancia la salida de Fran Escribá del banquillo franjiverde, errores individuales de jugadores que han provocado el desenlace que ya conocemos.

Pero además de los errores individuales está la actitud de los jugadores. Empezando por Iván Marcone que está algo más pesado de lo que se podría esperar de un jugador profesional de Primera División. Un jugador que vio como Omar Mascarell le quitaba el puesto y desde ese día ha estado siendo un problema en el vestuario de Fran Escribá junto a su amigo íntimo Darío Benedetto, que sí jugaba, quizás no todo lo que él esperaba, pero lo hacía. ¿Alguien duda que el enfado de Darío Benedetto no haya propiciado una respuesta más rápida de Christian Bragarnik en la salida de Fran Escribá?

Pero hay más señalados. Javier Pastore ha ido de más a menos. No un más que fuera una locura, pero parecía tras el inicial periodo de re-adaptación al fútbol profesional que el jugador iba a ir creciendo con el paso de los partidos. No ha sido así. Ha ido a peor. Y lo peor ya fue verle andar por el campo ante el Betis, sí, andar. Pero ya no es solo andar, es que parecía que no había tocado un balón en años. Y añadimos que el Betis no es que hiciera una presión asfixiante como si han hecho otros como equipos como el Rayo al Elche. No, el Betis con su forma de entender el fútbol dejaba huecos. Ni con esas apareció Javier Pastore que se quedó en la ducha en el descanso.

El comodín entrenador se ha gastado ya en la jornada 14 de liga. Ahora la afición estará mucho más encima de sus jugadores de los que espera una mayor implicación y que demuestren en el campo la calidad que atesoran. El entrenador que venga, da igual si es español, argentino o de Australia, la presión tras la salida de Fran Escribá estará ahora en el terreno de juego y en la propiedad. Menudo papelón para el clan argentino del Elche C.F., para el que lo ve desde el palco y para los que seguramente lo lucharán en el campo.

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