Un cariacontecido Sebastián Beccacece compareció en rueda de prensa para asumir responsabilidades. La temporada del Elche CF ha sido una auténtica montaña rusa de resultados y sensaciones. Al equipo le costó arrancar -nueve puntos en los primeros nueve partidos- pero tras la derrota en Gijón, el técnico argentino se dio un ultimátum y fue capaz de darle la vuelta a la tortilla. El Elche mejoró y se convirtió en el mejor conjunto de la categoría; por juego, datos y resultados.

Una racha que se alargó hasta tres meses. Con John Chetauya en proceso de recuperación y con el máximo goleador del equipo, Óscar Plano (7), alejado de los terrenos de juego debido a su grave lesión. Se puede decir que este Elche no ha tenido buena suerte pero en ningún caso se puede atribuir el fracaso de temporada a la suerte o el merecimiento. Beccacece lo sabe, y pese a empeñarse en construir, reconoce que no puede continuar. El de hoy fue su último partido en el Martínez Valero.

El equipo se le ha caído en el tramo final. En la recta más decisiva, algo hizo ‘click’ dentro de ese vestuario. Tras la derrota en el Ciutat de València ante el Levante (3-2), el técnico no ha sabido reaccionar. Varias decisiones le han pasado factura y actuaciones como la del día de Santander le han puesto en el punto de mira. La frustración se ha cegado con un técnico que presenta buenas ideas pero que debe mejorar en cuanto a la autocrítica. De los últimos treinta puntos, tan solo sacaron seis. El que menos de Segunda. Demoledor.

El técnico se despidió de la gente con la impotencia de no haber logrado el objetivo mínimo de la temporada: ❝Siento dolor de no haber conseguido la ilusión despertada. Agradecido por el cariño y la forma; en mayo no pudimos concretar lo que tuvimos cerca. Es parte del juego, no será por no intentarlo, pero infinitas gracias a la gente por alentar y acompañar.

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