Llegaban sin la etiqueta de favoritos. Llegaban tras una primera temporada discreta en la competición tras regresar a ella después de un curso en la extinta Segunda División B. Llegaban al tramo final de la temporada con la sensación de molestar, con un guion propio de una serie de Netflix en la que todo parecía escrito. Y de pronto, todo cambió.
Llegó el Covid-19 obligando a parar competiciones y adaptando nuestras vidas. Tras el parón, el conjunto franjiverde volvió a la carga para entrar en play-off, dejando partidos que jamás olvidaremos como la remontada en el Sardinero con gol de Jonathas. Pero sobre todos los partidos hay uno que destaca por encima, el Elche 2-1 Oviedo de la Jornada 42.
El agónico tanto de Pere Milla en el minuto 81 que metía al conjunto franjiverde en play-off. ¿O no? Una historia surrealista, una situación ‘made in Spain’. La expedición del CF Fuenlabrada viajó prácticamente en su totalidad rumbo a A Coruña con COVID. Un sinfín de irregularidades y adulteraciones que finalizó con un Deportivo de La Coruña, ya descendido a Segunda B, recibiendo al Fuenlabrada en una jornada extraordinaria en la que los madrileños conocían ya el resto de resultados.
El franco-guadalupeño Claudio Beauvue se convertiría en el héroe inesperado de los franjiverdes. Pathé Ciss (Rayo Vallecano) anotaría el 0-1 a los once minutos de juego pero el Fuenlabrada, que le valía el empate para arrebatarle la sexta plaza al Elche CF, vería como los gallegos remontaban el encuentro. Beauvue anotaría el empate en el 75 y en el último minuto culminaría la remontada tras finalizar un penalti por manos de José Fran.
Luego llegarían los play-offs. El gol de Nino en La Romareda simulando la mítica jugada de Messi y Jordi Alba, la pérdida de papeles de Stuani y el definitorio gol de Pere a centro de Fidel. Una historia contada mil y una veces y por más que la oyes no parece cierta. Llegaban, llegaron y llegarán. Hoy y siempre, mucho Elche.
