El arquitecto del Elche CF, José Rojo Pacheta se ha tomado un pequeño respiro. Y su futuro sigue estando en el aire. Todo el mundo desea su renovación, todos menos Bragarnik que quizás claudique en este tiempo ante el clamor popular para que el burgalés siga siendo el máximo responsable del nuevo proyecto.
A sus íntimos, Pacheta les ha reconocido que su estancia en el Elche ha sido la más feliz como entrenador, pero su desgaste ha sido muy fuerte sobre todo con el club: primero con la dirección general y posteriormente, ante la falta de mensajes o guiños por parte del nuevo dueño que nunca imaginó un ascenso y su idea era otra.
Desde que acabó el partido en Girona, su circuló más cercano trata de convencerle para que acepte una renovación de contrato. El presidente Joaquín Buitrago ha dejado claro que hay que sentarse con el técnico burgalés y buscar el entendimiento. Pero no va a ser fácil.
Pacheta y sus principios e ideales son el gran obstáculo. Si no hay confianza plena en su labor y esa autonomía que ha tenido desde que llegó a la ciudad, no le merece la pena la oportunidad de dirigir la nave.
Ahí está la cuestión. Bragarnik sabe que cometerá un error que puede ser imperdonable a medio plazo si no mueve ficha. Y Pacheta a pesar se todo, está tranquilo. Sale por la puerta grande y pese a que ahora no se sentaría en ningún banquillo, en breve tendría su oportunidad.
Lealtad y fidelidad han sido sus huellas de identidad. En este tiempo, el técnico no ha mirado por sus intereses personales sino por el colectivo. Y ha dejado escapar infinidad de oferta que han llegado a su mesa: desde el interés de Real Mallorca, pasando por el Real Zaragoza o Depor, entre otros equipos. También estuvo en las quinielas del Alavés en su día.
Pacheta está ya en la historia del Elche CF. Sus dos ascensos así lo testifican. Ahora está por ver si el club y sus dirigentes están a la altura de las circunstancias y de las necesidades para consolidar un proyecto que lleva tres años o acabar de derrumbarlo del todo como consecuencia del éxito de una noche y de la borrachera de millones que se avecinan por estar en Primera.
Ha sido el mejor entrenador mejor persona una persona humilde y para Braganik, nuevo presidente qué tiene Elche no sabe lo que hace.