Hacia tiempo que por el estadio Martinez Valero no se daba un recital tan tarjetero como el que ha llevado a cabo esta tarde Del Cerro Grande. Al Elche no se le da bien este colegiado. Y sigue la estadística.
Por primera vez en mucho tiempo, el Elche dejó de ser un equipo caracterizado por su juego limpio. Nada más y nada menos que ocho tarjetas vieron los jugadores. Hasta Jorge Almirón, también vio una amarilla en el partido ante el Cádiz.
Hoy el árbitro a pesar de acertar en dos acciones en el área del Elche, anuló dos goles uno con la ayuda del VAR, decantó el partido para el bando amarillo con la doble amarilla que vio Lucas Boyé antes del descanso. Demasiado rigurosa y además exagerada más la acción de Fali.
El colegiado por momentos desquició a los franjiverde, que a pesar de todo sumaron un nuevo punto que les mantiene sin perder por tercera jornada consecutiva.