El Elche Club de Fútbol vivió entre 2020 y 2023 una de las etapas más intensas de su historia reciente en la máxima categoría del fútbol español. Tras un ascenso agónico en 2020, el equipo ilicitano logró mantenerse dos temporadas en Primera, pero la campaña 2022-2023 marcó el final de este ciclo con un descenso que dejó un trago amargo en la afición. Aquella última incursión en la élite española estuvo marcada por altibajos, cambios de entrenador y una plantilla que no consiguió encontrar el rumbo, firmando una de las peores campañas de su historia.

El descenso del Elche fue matemático varias jornadas antes del cierre de la temporada. El equipo, que había logrado la salvación en los torneos anteriores con mucho sufrimiento, no pudo esta vez revertir una dinámica negativa que se instaló desde el inicio. La falta de inversión, decisiones deportivas fallidas y una sucesión de entrenadores sin éxito explican en parte cómo el club pasó de soñar con la consolidación en Primera a vivir un centenario amargo con el regreso a Segunda División.

Un inicio que marcó el destino

La temporada 2022-2023 comenzó con señales preocupantes para el Elche. El equipo sumó apenas un punto en las primeras siete jornadas, lo que provocó la destitución temprana de Francisco Rodríguez Vílchez, el técnico que había logrado la permanencia el año anterior. El regreso de Jorge Almirón al banquillo tampoco trajo la reacción esperada: en cinco partidos, el equipo solo sumó dos empates y tres derrotas, permaneciendo colista y aumentando la distancia con la salvación. El club intentó un nuevo giro con la llegada de Pablo Machín, pero la dinámica negativa era ya irreversible.

La falta de contundencia en las áreas y la incapacidad para cerrar partidos igualados lastraron al equipo desde el principio. El Elche acumuló derrotas dolorosas y apenas lograba sumar puntos, lo que minó la confianza de la plantilla y de la afición. La salida de jugadores clave, como Mojica en el último día del mercado, y la llegada de fichajes que no rindieron al nivel esperado, agravaron la situación. Para los aficionados de los casinos en línea como Casumo, este juego de Elche fue todo un desafío. La buena noticia es que accedieron a una comparativa de casinos con mejores jackpots, pero por el otro debieron sufrir la caída permanente de su equipo.

Los mejores partidos: destellos en la oscuridad

A pesar de la mala temporada, el Elche dejó algunos partidos para el recuerdo de sus aficionados. Uno de los más destacados fue la goleada por 4-0 al Rayo Vallecano, que sirvió para retrasar el descenso matemático y dio una pequeña alegría en medio de la tormenta. En ese encuentro, el equipo mostró una versión competitiva y eficaz, con una actuación coral que contrastó con el resto del campeonato.

Otro momento de alivio llegó en la victoria frente al Mallorca, donde el Elche supo sufrir y aprovechar sus oportunidades para sumar tres puntos vitales. Estos partidos, aunque aislados, demostraron que el equipo tenía potencial para competir, pero la falta de regularidad y las rachas negativas pesaron demasiado en el balance final.

Los peores momentos y la caída al último lugar

La campaña del Elche estuvo plagada de momentos difíciles. El equipo igualó la peor racha de su historia con seis derrotas consecutivas, una secuencia que prácticamente sentenció sus opciones de permanencia. La derrota ante la UD Almería por 2-1 fue el golpe definitivo: con ese resultado, el descenso quedó certificado a falta de cinco jornadas para el final del campeonato.

El Elche terminó la temporada como el equipo más goleado y el menos goleador de La Liga, con solo tres triunfos y una cifra paupérrima de 16 puntos sumados. Las lesiones, decisiones arbitrales desfavorables y la falta de inversión en puestos clave se sumaron a los problemas deportivos, haciendo imposible la reacción. El club vivió un centenario marcado por la tristeza y la resignación, con una afición que vio cómo el sueño de la consolidación en Primera se desvanecía.

Una plantilla sin respuestas

El plantel del Elche para la temporada 2022-2023 contaba con nombres experimentados y jóvenes promesas, pero la mezcla no funcionó. En la portería, Edgar Badia fue uno de los pocos que mantuvo el nivel, mientras que en defensa jugadores como Enzo Roco, Pedro Bigas y Carlos Clerc no lograron dar la solidez necesaria.

El mediocampo estuvo compuesto por futbolistas como Omar Mascarell, Raúl Guti, Gerard Gumbau y Tete Morente, quienes alternaron buenos momentos con fases de desconexión. En ataque, Lucas Boyé, Pere Milla y Ezequiel Ponce no encontraron la regularidad goleadora que el equipo necesitaba para competir. La falta de acierto en las áreas y la ausencia de un referente ofensivo claro fueron determinantes en la pobre cosecha de puntos.

A lo largo de la temporada, la sucesión de entrenadores y los constantes cambios en el once titular impidieron que la plantilla encontrara estabilidad. Las lesiones y la falta de confianza hicieron que muchos jugadores estuvieran lejos de su mejor versión, y los refuerzos invernales no lograron revertir la tendencia.

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