La reciente derrota del Elche CF en Mestalla se suma a una larga lista de partidos en los que el equipo no ha sido capaz de sumar los tres puntos. Pese a estos resultados, la Federación de Peñas reafirma su confianza en los jugadores y apela su compromiso con el club para remontar la racha y alcanzar el objetivo de la permanencia.
Pero la realidad es que, con estos resultados, resulta poco verosímil que alguien se decida a apostar por una victoria del Elche CF a corto plazo, ni siquiera con uno de los bonos sin depósito que ofrecen los portales de apuestas. La falta de confianza del equipo y la dejadez que transmiten la directiva y el cuerpo técnico hacen que romper esta dinámica se presente ahora como una tarea imposible. La afición no se resigna al retorno a Segunda, pero está tan necesitada de un revulsivo anímico como la plantilla.
Son 14 los partidos que el Elche lleva sin conocer la victoria en LaLiga, 14 partidos en los que derrotas claras se han combinado con puntos que se escapaban por la mínima y empates que sabían a derrota. Esto supone un nuevo récord negativo para el club franjiverde, que se convierte en el primer equipo de Primera División en lograr tal registro. La diferencia con las dos peores rachas del Elche CF hasta la fecha, la de las campañas 70-71 y 88-89, es que en aquellas se produjo un cambio de técnico antes de alcanzar el de 14 temporadas sin celebrar un triunfo.
El reciente partido contra el Valencia podría servir perfectamente para resumir la situación deportiva que se vive sobre el terreno de juego. Frente a un rival en horas bajas, que ya sabe lo que es coquetear con los puestos de descenso durante esta temporada, los ilicitanos solo pudieron aportar garra y lucha a la contienda, un esfuerzo que se fue al traste por falta de pólvora (y suerte) en la delantera.
FUENTE: Canal LaLiga Santander – YouTube
Los de Javi Gracia solo lograron hacerse con los tres puntos porque Daniel Wass encontró el fondo de la red que defiende Badía, cuyos reflejos felinos no fueron suficientes para evitar una ocasión manifiesta de gol. Tras una galopada extraordinaria del portugués Guedes, que puso en evidencia el planteamiento táctico de Jorge Almirón, llegó un centro para Wass. El danés picó de manera inapelable y sumó el primer y único tanto del encuentro.
Una vez más, tocaba remontar un resultado adverso: el equipo generaba más peligro que su rival, con más llegada y una buena colección de jugadas a balón parado que no lograron su objetivo. Tras el empujón anímico de la parada de un enorme Badía a la pena máxima que Soler se encargó de ejecutar desde los once metros, llegaron las acciones de Morente, (dejó a Paulista sobre el césped tras un recorte para luego forzar un tiro con su pierna mala) y el disparo lejano de uno de los dos fichajes del mercado de invierno, Mojica, que el portero che se encargó de sacar in extremis de la escuadra. Se repetía la historia: esfuerzo sin recompensa.
Encuentros como este hacen que el aficionado lo tenga fácil para encontrar culpables. Preguntes a quien le preguntes, la respuesta será la misma: “El Elche no se merece a una pareja como Almirón y Bragarnik”. El primero no acaba de encontrar la estrategia que rentabilice los esfuerzos del equipo; el segundo, conocedor de las necesidades de la plantilla para conformar un bloque competitivo en una competición como LaLiga, no solo responde con indiferencia, sino que parece haber perdido cualquier tipo de interés en el proyecto que le llevó a asumir la dirección del club.
Por delante esperan enfrentamientos muy complicados para los franjiverdes, la cuales los llevarán a enfrentarse a equipos que exhiben un nivel muy superior al de la escuadra valenciana, con lo que las perspectivas no son muy halagüeñas. Durante las próximas cinco jornadas se verán las caras con un Celta de Vigo necesitado de puntos tras una racha horrible; se medirán al FC Barcelona en el Camp Nou, un partido que siempre aporta una motivación adicional, pero en el que el peso de las figuras culés hace muy complicado que se regrese de Cataluña con algún punto; y viajarán a Sevilla para enfrentarse a una de las escuadras más en forma de la competición en 2021, con 12 puntos logrados de los últimos 15 disputados, y con pesos pesados como En-Nesyri, de Jong y Rakitic en sus filas.
El Elche tendrá que enfrentarse a la vuelta de LaLiga sin refuerzos de garantías, tras un último día en el Mercado de Invierno que acabó por resultar más trágico que cómico. Comenzó con los dimes y diretes sobre las salidas de Youssouf Koné, Dani Calvo y Luismi. En la lista de incorporaciones, solo se escuchaba el rumor de la llegada de Gazzaniga. Badía tuvo que salir al paso de los comentarios que lo situaban fuera del equipo a través de las redes sociales.
Finalmente, la confirmación de los traspasos de Lucumí, Sánchez Miño, Rodríguez y Koné trajeron un rayo de esperanza en el apartado de las incorporaciones. A falta de 10 minutos para el cierre del día, solo había llegado la noticia del alta de Gazzaniga. En cuanto al resto de esperanzas sobre algún fichaje para dar alas a la ilusión de la afición, nada. Solo queda el recurso de buscar entre los futbolistas parados (o con contratos recién rescindidos) a algún central, centrocampista ofensivo o delantero que permita apuntalar las muchas carencias del equipo.
Y así, las perspectivas se presentan ominosas para un equipo cuya afición e historia no se merecen la falta de respeto que se desprende de las dos semanas sin ver a su presidente por los palcos de primera, un equipo que sigue sin un plan estratégico que se prometió para las últimas fechas de diciembre y que sigue sin llegar, un equipo que necesita que la dirección tome las riendas y se enfrente a las preguntas de los medios en las ruedas de prensa.
La situación es complicada, pero todavía no es tarde para dar un golpe de timón con el fin de enderezar el rumbo de la nave. La clave reside en si el capitán está dispuesto a comprometerse con una tripulación a la que, cada vez más, se le están agotando los ánimos y la paciencia.
