El entrenador del Elche, José Rojo, Pacheta puede presumir de su vestuario y del equipo, después de haber salvado una de las semanas más complicadas en el plano personal y profesional. El fallecimiento de su madre provocó que el preparador burgalés tuviera que ausentarse varios días del trabajo en la semana previa ante el Huesca. Se emocionó hasta el máximo punto durante el minuto de silencio que se guardó escrupulosamente en el Martínez Valero y agradeció con aplausos a la grada por todo el cariño recibido. Y como toda historia, al menos encontró un final feliz a un partido que se escapaba y que se arregló en el minuto 91 con el gol de Pere Milla.
“Es muy difícil conseguir esta salud de vestuario que ahora mismo tengo. No quiero romperla, nos conocemos todos, vamos por el buen camino y no quiero que nadie se vaya” sentenció el preparador.
Pacheta resumió el empate ante el Huesca como un punto más cerca del gran objetivo. “Quedan 18 puntos pero que nadie espere que vamos a jugar a galácticos cuando lleguemos. Seguiremos peleando cada encuentro”.
No se obsesiona con la llegada de fichajes en el mercado de invierno teniendo en cuenta que el club debe depositar cerca de un millón de euros para obtener el visto bueno de la LFP. “Ojalá Pere Milla, -el goleador de la noche-, sea nuestro fichaje de invierno. Es un tio honesto, viene con una sonrisa enorme todos los días y estoy seguro que va a rendir”.
Con Bragarnik en las gradas, Pacheta tiene claro que el equipo necesita de refuerzos, sobre todo en defensa y en ataque. “Necesitamos a algún jugador, pero no nos vamos a obsesionar. Ojalá venga alguno mejor de lo que tenemos y sea para ayudarnos, pero a mi los que me obsesionan son los 19 que tengo”.
Foto: Elche CF