¿Se imaginan al dueño de un club profesional participando como uno más en un partidillo de su equipo? Pues eso, es lo que hizo esta tarde Bragarnik que jugó unos minutos en la pachanga final del entrenamiento del equipo de Almirón que se trasladó al José Díez Iborra.
Bragarnik tardó en calzarse las botas pero llegó a tiempo el utillero para que el empresario argentino se sumara al momento distendido de la sesión de trabajo. Como ejemplo del buen rollo es que Lucumí hacia las labores de portero.
Esa imagen ocurrió en el momento ya final de la última sesión de entrenamiento. Y es que últimamente, Bragarnik se pone la ropa de deporte para hacer su sesión extra de trabajo y también querer ser uno más dentro del grupo. Un buen detalle que habla del buen ambiente en el vestuario.