Oficio. Eso es lo que le faltó al Elche en Vigo. Las costuras se volvieron a romper en defensa en dos minutos fatídicos en la recta final de la primera parte. Empañaron todo el trabajo. La enésima reinvención del equipo de Almirón funcionó pero hizo aguas con una defensa muy blanda.
Cierto es que la película pudo cambiar con la ocasión de Lucas Boye en el minuto 2 o en el tiro de Raúl Guti que salió rozando el poste en la mejor ocasión en el minuto 32.
También es cierto que el Elche dio un paso atrás en la primera parte por las lesiones. Josan y Mojica pidieron el cambio por lesión. Toco mover piezas. Y el equipo se resintió. Hasta romperse en los compases finales de la primera parte cuando lo suyo era llegar sin goles al descanso.