De estar tocado y casi hundido, de verse Jorge Almiron en la calle tras la malisima primera parte de su equipo. Con el Villarreal 0-2 en el marcador y que olia a goleada…. pues en la segunda parte en menos de veinte minutos el Elche consiguió poner el 2-2 en el marcador.
El Elche hizo lo más difícil cuando se asomaba al abismo. Almirón por fin sonrió. Casi sin esperarlo, el Elche tiró de espíritu y de coraje. Quemó las naves. Y primero Guido Carrillo y después Lucas Boyé igualaron el encuentro.
Un cambio radical después de que el equipo en la primera parte hiciera aguas en su defensa. Una línea defensiva de verbena que regalo dos goles. Y Edgar salvó otros dos. Peor no se pudo jugar. La situación se presentaba crítica. Nadie daba un duro por el equipo hasta que se obró la reacción ante la cara estupefacta de Unai Emery.
Yo voy un poco contracorriente y digo desde el principio que hay equipo para salvarnos. Luego este Mojica ha caido en el Elche como agua de Mayo, parece que lleva jugando con nosotros desde hace años, un ejemplo para jugadores y aficion. Si porque aunque respecte quien pita los coches digo que los jugadores se merecen sentir el cariño de la aficion ahora mas que nunca. Ellos ayer dieron el paso en la segunda parte, ahora nos toca. Sería bonito en el proximo partido en casa tirar polvora al cielo que en eso no somos segundos a nadie para que lo escuchen los jugadores. Fuera del estadio mejor. Y Mucho Elche, siempre.